Gracias Dios mio
por todas las primaveras,
que he podido cumplir,
por todas y todas las buenas,
y bellas cosas,
que me as dado ha gozar.
Aunque angostos fueron mis caminos,
una que otra piedra en ellas,
he tropezado,
pero me enseñaron que mi destino,
era rodar y rodar,
por que rodando y rodando,
tan bien se llega al final.
Fui capullo,
fui rosa lozana
hoy una rosa, marchita
y casi desojada,
pero con ilusión
de ver amanecer el sol,
de un nuevo día.
Y escucha el trinar de los pajaritos,
por las mañanas,
y en el letargo de la noche,
que es tan bella,
contar una ha una las estrellas.
Y así, seguir esperando
otra nueva primavera,
para poderle dar gracias ha mi dios,
por tantas y tantas cosas bellas.
Maria del Carmen Pallas Seijo