Creí, que era eterno mi Reino,
creí, que mi esencia era inmortal,
mas solo fui juguete del destino,
que se a pagó en la sombra,
y soñando dormida,
y soñando dormida, fué.
Mas, somos nubes pasajeras,
que dormida se van,
como, rumores del aire,
que rueda, y rueda y mure y nace,
y de nuevo vuelve a rodar,
todo es un sueño, y mentira
en la tierra no existe verdad.
Somo Átomos flotantes,
volando en el universo,
en busca de aquel camino de luz,
que nos ilumine, aquella
alcoba profunda y fría,
en espera de nuevo, aquel aire,
nuevamente que nos vuelva
hacer rodar, y rodar.
María del Carmen Pallas Seijo