Recuerdos nada-mas,
dejadme decir,
dela que fue,
ya, no queda nada,
solo, él pelo blanco,
su canas pintadas,
y un montón de carne,
y su piel, arrugada.
pero,si, queda él recuerdo
de lo que fue,
inmortalizado, en papel blanco
e, ilusiones doradas.
Ya, nunca más volverán,
las alegres primaveras,
ya sus flores marchitas,
nunca más florecerán,
y, tan solo queda él estío
del helado invierno,
esperando la ultima morada.
Como hojas, caducas de árbol yerto
una garrafa de viento
de sus ramas al suelo caen,
y en tierra, dormirán sus gloriás doradas.
Recuerdos nada-mas,
de aquella no queda nada,
tan solo, él recuerdo
de una juventud dorada.
María del Carmen Pallas Seijo